La torre de la discordia
El Gobierno quiere finalizar los trabajos en 2013, coincidiendo con el quinto centenario del descubrimiento del Mar del Sur.
concepto. SOM propone un edificio con una forma similar a la Torre Agbar de Barcelona o al Gherkin de Londres. CORTESÍA |
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Es un proyecto que no deja a nadie indiferente. El Gobierno pretende levantar un rascacielos de más de 300 metros en los terrenos donde se asienta la antigua embajada de Estados Unidos, en la Avenida Balboa.
La Torre Financiera, como ha sido denominada, albergaría las oficinas del Banco Nacional de Panamá, la Superintendencia de Bancos, la Superintendencia de Seguros, la Comisión Nacional de Valores, la Autoridad de Turismo de Panamá, la Secretaría de Energía y la Autoridad de los Servicios Públicos.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) publicó el pliego de cargos para contratar el diseño conceptual y los planos, en una licitación que tiene un precio de referencia de $8 millones de dólares. La construcción se estima en $200 millones.
En el pliego de cargos se ha incluido el diseño preliminar del proyecto. Para este trabajo el MEF contrató directamente por $300 mil a Skidmore, Owings & Merril (SOM), firma que participó en el diseño del Burj Khalifa de Dubai, el edificio más alto del mundo.
Según la documentación oficial, “los proponentes podrán mejorar esta información”. La empresa estadounidense propone un edificio de 333 metros de altura y 69 plantas en forma cilíndrica, similar a la Torre Agbar de Barcelona o al Gherkin (pepinillo) de Londres.
Las oficinas ocuparían 55 pisos. Para las entidades del Estado serían 30 mil metros cuadrados y para las oficinas privadas, con cuya venta se pretende financiar parte de la construcción, se destinarían 40 mil metros cuadrados.
En las tres últimas plantas habría un restaurante, un lounge y un observatorio de triple altura, espacios que tendrían un acceso independiente al de las oficinas públicas.
En un lote contiguo posterior se construiría un edificio de 12 plantas con capacidad para mil 200 estacionamientos. En las dos últimas se proyecta un centro de conferencias del Gobierno, conectado a la torre de oficinas por un puente.
Otros mil estacionamientos se habilitarían en dos niveles subterráneos ubicados bajo la torre principal, el edificio de estacionamientos y el área subterránea del parque del hospital Santo Tomas. En el nivel subterráneo bajo la torre principal también iría un food court.
Los participantes en la licitación deberán incluir en su diseño una propuesta de conectividad con la cinta costera y con las estaciones de la Línea 1 del Metro que estarán en la Avenida Justo Arosemena.
El objetivo del Gobierno es iniciar los trabajos en 2011 y finalizarlos en 2013 para hacer coincidir la inauguración del edificio con la celebración del quinto centenario del descubrimiento del Mar del Sur.
CRÍTICAS
El proyecto del Gobierno ha sido rechazada desde diversos sectores. La desaparición del edificio que albergó la embajada de Estados Unidos significa, para muchos, una manera de no respetar la historia.
“Los panameños tenemos que empezar a conservar el patrimonio que tenemos. ¿Por qué no hacer un museo o algún atractivo cultural?”, se preguntó Iván Carlucci, ex presidente de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces (Acobir).
Como en otros proyectos, el Estado entrará a ejercer actividades propias del sector privado, como la venta de oficinas, aunque miembros del sector dijeron que una sola torre no afectará al mercado.
El presidente de la Cámara Panameña de la Construcción destacó que “al inicio es una inversión alta, pero si va a servir para disminuir el gasto público en alquileres, lo apoyamos”. Carlucci, en cambio, piensa que en una torre de más de 35 plantas los costos crecen exponencialmente y que habría otras soluciones más económicas.
También se ha interpretado el proyecto como una forma de satisfacer las aspiraciones megalómanas del Gobierno, cuando en la misma ciudad hay necesidades básicas sin atender, como, por ejemplo, la recogida de la basura, el agua o la creación de aceras y espacios públicos.
CINTA COSTERA
La propuesta de SOM también incluye una recreación de cómo sería en el futuro la ciudad de Panamá con la nueva torre y la extensión de la cinta costera hasta la calzada de Amador.
Se puede apreciar la ubicación y el concepto del centro de convenciones que planea construir el Gobierno en El Chorrillo y la culminación del paseo marítimo en un rompeolas, generando más espacio frente al Museo de la Biodiversidad.
No se dice, sin embargo, si la cinta costera atravesaría el Casco Antiguo con un túnel o si lo bordeará, como en algún momento ha barajado el Gobierno, un proyecto que ha despertado la alerta por el riesgo que tendría sobre el conjunto histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad.
La Torre Financiera costaría $200 millones
ROBERTO GONZÁLEZ JIMÉNEZrgjimenez@prensa.com
La Torre Financiera, el rascacielos de más de 300 metros que el Gobierno proyecta construir en la Avenida Balboa, tendrá un costo aproximado de $200 millones de dólares.
Así consta en el pliego de cargos de la licitación para contratar el diseño conceptual y los planos. “La propuesta de diseño conceptual debe enmarcarse dentro de un presupuesto de obra de $200 millones”, dice el documento publicado en PanamáCompra.
El próximo 4 de octubre deberán presentar sus ofertas las empresas interesadas en realizar los diseños, contrato que tiene un precio de referencia de $8 millones.
A pesar del alto costo, el Ejecutivo ha defendido el proyecto alegando que recuperará parte de la inversión, con la venta de oficinas, y ahorrando en los alquileres que hoy paga para ubicar instituciones del Estado.
Sus detractores, por el otro lado, critican que se haya descartado la posibilidad de utilizar la antigua sede de la embajada de Estados Unidos para actividades culturales, y que se privilegie este gasto en una ciudad con muchos servicios básicos desatendidos.
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